Una sonrisa para los niños que sufren dolor
- País Alemania
- Fecha Agosto 12, 2012
Un hospicio es un hospital especial para personas que están muriendo,
donde son asistidas las necesidades prácticas y emocionales, así como
las necesidades médicas. Un hospicio infantil está específicamente
diseñado para familias con niños que atraviesan la etapa final de una
enfermedad riesgosa como el cáncer, malformación congénita, SIDA, etc.
En Alemania, hay un total de nueve hospicios infantiles. Uno de ellos es
el Hospicio Infantil Sternenbrüecke, que tiene dificultades para
administrar el equipamiento e instalaciones, ya que hay un solo gerente
encargado, a pesar del constante incremento de pacientes.
El 12 de agosto, los miembros de la Iglesia de Dios de Hamburgo, Alemania, visitaron el Hospicio Infantil Sternenbrüecke, diciendo: “Deseamos dar aunque sea nuestra pequeña ayuda y consolar a los que padecen dolores y están sufriendo”. Los miembros apoyaron en el cuidado de las instalaciones exteriores: trabajaron duro para proveer un ambiente agradable a los niños del hospicio y a sus familias, deshierbando, podando las plantas del jardín, pintando las paredes y mucho más. Pusieron una sonrisa de satisfacción en los rostros de los que estaban allí, incluyendo el personal del hospital y los pacientes, que veían a los miembros trabajando tan duro.
Martina Ritter, gerente de las instalaciones del hospital, agradeció a los miembros: “Siempre nos hace falta ayuda, y hoy ustedes, los miembros de la Iglesia de Dios, han venido voluntariamente aquí por nosotros. Les agradezco su preocupación y apoyo. Nos es de gran ayuda”.
El 12 de agosto, los miembros de la Iglesia de Dios de Hamburgo, Alemania, visitaron el Hospicio Infantil Sternenbrüecke, diciendo: “Deseamos dar aunque sea nuestra pequeña ayuda y consolar a los que padecen dolores y están sufriendo”. Los miembros apoyaron en el cuidado de las instalaciones exteriores: trabajaron duro para proveer un ambiente agradable a los niños del hospicio y a sus familias, deshierbando, podando las plantas del jardín, pintando las paredes y mucho más. Pusieron una sonrisa de satisfacción en los rostros de los que estaban allí, incluyendo el personal del hospital y los pacientes, que veían a los miembros trabajando tan duro.
Martina Ritter, gerente de las instalaciones del hospital, agradeció a los miembros: “Siempre nos hace falta ayuda, y hoy ustedes, los miembros de la Iglesia de Dios, han venido voluntariamente aquí por nosotros. Les agradezco su preocupación y apoyo. Nos es de gran ayuda”.
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